Enseñar a Leer y Escribir basada en Tres Fuentes de Evidencia
Alianza Fundacion UPM
Fundación UPM financia 100 becas para impulsar el desarrollo profesional docentes de Río Negro, Paysandú, Tacuarembó, Durazno, Cerro Largo y Soriano.

Modalidad:
Virtual
Comienzo:
8 Mayo 2025
Facilitadoras:
Alejandra Balbi
Virginia Osorio
Con colaboración de:
Alexa von Hagen
Juan Cruz Ripoll
Dirigido a:
Docentes de Educación Inicial y Educación Media Básica. Incluido Septimo, Octavo y Noveno
Tertulias sincrónicas una vez por semana:
Tertulia 1 - jueves a las 18:00hs - Alejandra Balbi
Tertulia 2 - a confirmar - Virginia Osorio
El curso ofrece un enfoque basado en investigación sobre enseñanza de la lectura y la escritura en todas las etapas escolares. Combina (1) modelos teóricos clásicos y novedosos, especialmente para comprender los procesos de aprendizaje de la escritura, (2) técnicas de evaluación efectivas para identificar niveles de rendimiento, progresiones de aprendizaje y riesgo de dificultades, (3) actividades prácticas basadas en evidencia diseñadas para enseñar a leer y escribir palabras, mejorar la comprensión y producción de textos. Implica a los docentes participantes en una comunidad de aprendizaje que innova sus prácticas mediante la reflexión y acción colaborativa. Este curso está pensado para docentes que buscan estrategias efectivas y fundamentadas para potenciar la enseñanza de la lectura y escritura en diversos contextos escolares.
A que nos referimos con "Tres Fuentes de Evidencia"
Primera E: Evidencia científica
Esta es probablemente la fuente más conocida. La evidencia científica proviene de estudios que utilizan métodos rigurosos para investigar un fenómeno. Estos métodos pueden ser cualitativos o cuantitativos, y deben estar documentados con precisión para que otros científicos puedan replicarlos. En ciencia, un solo estudio no basta: el conocimiento se construye a partir de múltiples investigaciones que confirman hallazgos de forma consistente.
Segunda E: Evidencia profesional
Como docentes, acumulamos conocimientos a partir de nuestra experiencia diaria. Esta es nuestra "evidencia profesional". Aprendemos observando lo que funciona en el aula, reflexionando sobre nuestras intervenciones y dialogando con colegas. Por ejemplo, podemos notar que una estrategia es efectiva para algunos estudiantes pero no para otros, y tenemos tiempo para ajustar y probar nuevas ideas. Este bagaje de sabiduría profesional, como señala Whitehurst (2004), es esencial para integrar la mejor evidencia empírica con la práctica cotidiana.
